#pensarparatransformar Por Martín Inzunza Tamayo | Yo si creía en Santa Claus

Tenía que ser la Coca-Cola, ese emporio endemoniado del comercio mundial de bebidas azucaradas, quien convirtiera al Santo Nicolas de Bari por generoso, caritativo, y sensible con el sufrimiento de los más necesitados, en un Rock Star llamado Santa Claus.

Antes fue Harper´s Weekly, la que ilustrara esa figura de un adulto mayor, regordeta, simpática, con barba blanca tupida, traje rojo con cinturón y botas, repartiendo regalos a todos los niños y niñas del mundo, al menos primero en la Isla de Manhattan donde los inmigrantes holandeses llegaron con la tradición de “Sint Nikolaas” o “Sinterklaas”, ya los alemanes le agregarían el “Claus” por “San Nikolaus”.

En los años 50´s se popularizaron las canciones de navidad: Bing Crosby, Elvis Presley, Frank Sinatra, Nat King Cole, Andy Williams, Dean Martin, Gene Autrey, Perry Como…Hasta Mariah Carey, Eartha kitt, Luis Miguel, José Feliciano, y muchos más, y como no escuchar: Santa Claus Is Back In Town, Jingle Bell Rock, All I Want For Christmas Is You, Feliz Navidad, Here Comes Santa Claus, Happy Holiday/The Holiday Season, Rudolph The Red-Nosed Reindeer, Let It Now! Let It Now! Let It Snow!, Blue Christmas; Merry Christmas Everyone, Santa Baby. Por cierto, ahora en “Las Posadas”, ya nadie escucha ni baila música navideña, pura banda, norteño, salsa, cumbias, nada navideño, quizás yo no sea de este tiempo, por eso me actualizo todos los días.

De niño, para mí, lo más cercano al Polo Norte, donde Santa tiene su enorme fábrica de juguetes elaborados por duendes navideños, era la “Librería Ramírez Juguetilandia” -ahora que lo pienso el “güero” Ramírez bien podría ser un duende navideño, jejeje-. El caso es que descubrí que, buena parte de los juguetes que nos habían amanecido tras la vigilia de noche buena, se vendían en esa particular juguetería con librería, y, aun así, decidí seguir creyendo en Santa Claus, ese primer lustro de los años 70¨s, fueron, digamos, mis años maravillosos.

Ahora que ando en política, ese mar de envidias y traiciones, pero también de grandes realizaciones, con todo lo que haya pasado, ha mis compañeros y compañeras colegas de ese ingrato oficio que te cobra tiempo de vida, les deseo: ¡Merry Christmas! ¡Feliz Navidad!, y muchos regalos, porque en todas las culturas desde tiempos antiguos se ofrecen regalos como muestra de respeto, aprecio, reconocimiento, amor en cualquiera de sus infinitas manifestaciones, así que ¡salud!