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Opinión

Micrópolis Por Bertoldo Velasco Silva La libertad de expresión y la visión de Lucía Trasviña

Micrópolis Por Bertoldo Velasco Silva

 

 La libertad de expresión y la visión de Lucía Trasviña

Abril 20 del 2020

 “Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, /guardé silencio, porque yo no era comunista. /Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, /guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata. /Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, /no protesté, /porque yo no era sindicalista, /Cuando vinieron a buscar a los judíos, /no pronuncié palabra, /porque yo no era judío. /Cuando finalmente vinieron a buscarme a mí, /no había nadie más que pudiera protestar”. Ellos vinieron, por Martin Niemöller

Cuando reaparece la senadora Lucía Trasviña Waldenrath con sus actitudes estridentes y provocadoras, trato de no engancharme, de entender que es su forma de salir a la palestra, de satisfacer a sus exiguos seguidores, a falta del trabajo legislativo por el que cobra, pero no devenga. Sus descalabros en la tribuna y sus nulos resultados hablan por sí solos.

Cómo no recordarla luciendo “pavoroso pistolón” -como se escribía antes en la nota roja- en una foto que dio vuelta al país, donde envalentonada se retrató al lado de una lujosa Hummer, o cabroneando a la oposición, con el más folklórico lenguaje popular. Esa es su manera de hacerse notar.

Sin embargo, me preocupó que el pasado jueves 16 de abril publicara en sus redes este mensaje: “Ya PARENLE”, y en la parte de abajo “de 3 a 10 años de prisión a quien difunda noticias falsas o exageradas Arts. 253 y 254 Código Penal Federal”

Es decir, la abogada Trasviña Waldenrath está proponiendo cárcel a quien difunda noticias falsas o exageradas y cita dos artículos que tipifican los Delitos contra el consumo y la riqueza nacionales, referidos al acaparamiento o especulación de productos, y sólo en el artículo 254 se habla de información falsa “cuando se publiquen noticias falsas, exageradas o tendenciosas o por cualquier otro medio indebido se produzcan trastornos en el mercado interior, ya sea tratándose de mercancías, de monedas o títulos y efectos de comercio.”

Es decir, se equivocó de artículos, pero quedó clara su intención. Penalizar a los que critiquemos las acciones de gobierno, porque noticias se refiere a eso. Habría que preguntarle a la senadora Trasviña quién determinaría si la información es falsa o exagerada, que de acuerdo al diccionario es “que sobrepasa los límites de lo verdadero, natural, normal, justo o conveniente”.

Se entiende en materia de productos del comercio como lo señala el Código Penal, ¿pero en materia de difusión de noticias,¿quién señalaría cuando es noticia falsa o exagerada? La intención expresa es que todo aquello que incomode a la senadora, es motivo de cárcel. Ni Torquemada.

Esta expresión podría causar risa, pero viniendo de una senadora es preocupante. Preocupa primero el nivel intelectual y la calidad de una legisladora, que es la presidente de la Comisión de Seguridad Pública del Senado. En esas manos está la seguridad pública del país.

Preocupa el tono de amenaza por lo que significa para la libertad de expresión. El mensaje tiene un evidente destinatario, es todo aquel que critique a Morena y a su presidente.

Hay que informarle a la Senadora, que desde 2013, se derogaron en el Código Penal Federal los delitos contra el honor, para homologar nuestra legislación nacional con los tratados internacionales, precisamente para evitar las tentaciones autoritarias de personas como Trasviña.

Ahora, si ella considera que hay que encarcelar a todos los que se dedican a criticar, pues que presente una iniciativa de reformas al Código Penal y entonces será congruente con sus amenazas. Si es así, le sugiero que también lo haga contra el ejército de bots pagados con el erario federal.

Que proponga, entre las causas para encarcelar de 3 a 10 años a quienes critiquen la falta de compra de cubrebocas, de equipo de protección a médicos o las corruptelas e ineficiencias en el IMSS, a los periódicos fifis que denuncian errores del presidente, a quienes le exigen que deje de construir sus elefantes blancos (Tren Maya, aeropuerto de Santa Lucía y la refinería Dos Vocas), y ese recurso mejor lo destine a la emergencia económica y sanitaria.

Preocupa que ante las críticas que recibe a diario el gobierno federal y su descenso en las encuestas (el presidente cayó en las preferencias de un 81 % con el que empezó su gobierno a un 43 %, es un serio descalabro), una legisladora de MORENA opte por proponer medidas autoritarias, propias de dictaduras.

Los que escribimos desde diversas trincheras, no debemos quedarnos callados ante este tipo de veladas amenazas e insinuaciones, vengan de donde vengan. La sociedad posee el tesoro de la libertad de expresión y los medios de comunicación tenemos el deber de reprobar y denunciar estas actitudes, sobre todo cuando provienen de una representante popular.

Microtemas. En la buena disposición que la alcaldesa cabeña Armida Castro Guzmán realiza para apoyar a las familias más vulnerables del Municipio de Los Cabos, para tratar de superar la crisis provocada por el Covid-19, dispuso de dos líneas telefónicas 624 262 9773 (para los que viven en Cabo San Lucas) y 624 262 9778 (para los residentes de San José del Cabo), para que la ciudadanía que más lo requiera, o llame o envíe mensaje de WhatsApp. Una atinada decisión para apoyar a las personas de la tercera edad, discapacitados, madres solteras. Sin embargo, han sido insuficientes estas dos líneas, por lo que deberían ser más, ya que la población ha estado llamando o mensajeando, o no les contestan, o están saturadas, y reclaman se les atienda o se les visite. Pues en nuestras redes sociales de analisisbcs.com, siguen llegando -de manera constante- mensajes de habitantes del municipio, que requieren de ese apoyo solidario que les ofreció la alcaldesa.

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