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De motu proprio por Martín Inzunza Tamayo | La marcha de los cangrejos -sin memoria-

De motu proprio por Martín Inzunza Tamayo
 
La marcha de los cangrejos -sin memoria-
 
 
Al IFE lo creo Carlos Salinas de Gortari en 1990, disque para modernizar la cuestión electoral en el país y de paso maquillarse como demócrata después del fraude de 1988 contra Cuauhtémoc Cárdenas. Entonces los secretarios de gobernación dirigían a la recién estrenada institución especializada en elecciones, siendo su primer conductor Fernando Gutiérrez Barrios.
Ernesto Zedillo, horrorizado por el magnicidio de Luis Donaldo Colosio y de José Francisco Ruiz Massieu -cuñado de Salinas y padre de Claudia Ruiz Massieu Salinas-, ordeno en 1996 una reforma electoral de gran calado -según él definitiva por que, “sabia como hacerlo”- para crear hora si un “órgano autónomo” del Estado que organizaría las elecciones nacionales sin intervención del gobierno federal, y puso como primer presidente del IFE -Zedillista- a José Woldenberg Karakowsky, mismo que era esposo en ese entonces de Julia Carabias Lillo secretaria de SEMARNAP en el gabinete de Zedillo.
Pero, además, José Woldenberg era miembro distinguido del grupo Nexos -editorial Cal y Arena- que dirige Héctor Aguilar Camín -uno de sus últimos libros publicado en noviembre de 2018: “Nocturno de la Democracia Mexicana” donde pues digamos que inicia su contra campaña contra el Pte. AMLO-, ayuntamiento de intelectuales al servicio de los gobiernos salinistas, zedillistas, foxista, calderonistas, peñanietista, y hasta ahí, porque con AMLO dejaron de cobrar enormes facturas en el gobierno federal.
Nuestra transición democrática es una transición electorera, producto de reformas electorales con las que las elites económicas y políticas se sentían muy cómodas. No hay un gran pacto de reforma del Estado para crear otra constitución, y así en el 2000 llegaron Fox y Martita a los pinoles, y a puro robar, pues el ex gobernador de Guanajuato y distribuidor de la Coca Cola, junto con su pareja y los hijos de ambos, se dieron la gran vida con cargo a los presupuestos públicos, y dicha transición no le sirvió de mucho a las mayorías asalariadas de este pobre país.
Entonces hasta 2018, las altas burocracias partidistas, electorales -administrativas y jurisdiccionales-, empresariado, grandes sindicatos, hacían sus arreglos para definir ganadores en las elecciones.
Veamos: Woldenberg -IFE/TEPJF-, jugaron a conveniencia con los casos del PEMEXGATE -multa al PRI de mil millones de pesos sin ningún detenido en firme, menos Romero Deschamps- y “Los Amigos de Fox” -multitas aun cuando se comprobó el financiamiento extranjero a la campaña de Fox-, en otro país se hubieran anulado las elecciones y perdido su registro los partidos involucrados por un financiamiento abusivo y delincuencial; Luis Carlos Ugalde, opero el fraude de 2006 donde la diferencia fue de apenas un 0.56%; y ahora Lorenzo Córdova, se cree el paladín de la democracia mexicana haciéndole al opositor al gobierno federal de la 4T.
La reforma electoral del Pte. AMLO, no pretende desaparecer al órgano electoral encargado de las elecciones nacionales y locales, al contrario, busca fortalecerlo al permitirse que la voluntad popular participe en su integración y no sean solo las cupulas partidistas o de poder quienes definan la conducción del INE.
Sí subsanamos el déficit democrático de la institucionalidad electoral, estaremos redefiniendo todo el sistema electoral y de partidos en México, para: Reducir el poder de las cupulas partidistas al disponer de menos recursos millonarios y cargos disponibles; establecer un financiamiento militante que fortalezca las bases partidistas de cada partido político; los partidos tendrán un mayor compromiso con sus electores, y menos con los factores reales de poder; y lo más importante, habrá un requilibrio en relación con el dinero que entra en las campañas y la compra de clientelas votantes; y en general disminuirán los altos niveles de corrupción actual en los partidos políticos.
Los cangrejos:
“Casacas y sotanas dominan donde quiera; los sabios de montera felices nos harán. Cangrejos a compás, marchemos para atrás ¡Zis, Zis, ¡y Zas! Marchemos para atrás.”
“Sí progreso y reforma palabras son no más, y tras ellos no marchan honor y probidad; si solo es ilusión la santa libertad, no hay duda de que marchamos, cangrejos, para atrás.”
Himno contra los conservadores de la autoría de Don Guillermo Prieto -1818/1897- poeta y gran político liberal mexicano.
 

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